La Vida Madre

Cómo Evitar y Tratar las Lesiones de La Vida Madre

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Cómo Evitar y Tratar las Lesiones de La Vida Madre

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Cómo Evitar y Tratar las Lesiones de La Vida Madre

El cuidar, alimentar y acurrucar a todas horas puede doler. Para evitar estar todo el día con dolores, y agotadas, tenemos que asegurarnos que tratamos nuestro cuerpo con el mismo cuidado y cariño con el que tratamos a nuestros hijos.

Cuidado con abusar de tu cuerpo

Cuando son pequeñitos, muchos bebés demandan constante atención y muchas veces terminar las tareas en casa es complicado. Muchas llegamos a limpiar, cocinar y poner lavadoras con los niños encima. Lo que termina pasando es lógicamente que un día vas a recoger un juguete del suelo y no te puedes levantar – y ahora te pegas tres días en cama y ha sido mucho peor el remedio que la enfermedad.

A pesar de todo lo maravilloso que trae consigo la maternidad, también puede ser muy duro para el cuerpo. Lo que puede comenzar como dolores y molestias menores puede convertirse en lesiones más serias por un sobreesfuerzo repetitivo. Según el departamento de fisioterapia de la Universidad de Wisconsin, los movimientos que las madres hacen todos los días, como sacar al bebé de una cuna y encorvarse para dar el pecho, pueden causar lesiones crónica en los músculos, tendones o articulaciones.

Los cambios físicos a causa del embarazo y el parto son parte de la experiencia. Los cambios de hormonas aflojan el tejido alrededor de las articulaciones, permitiendo que la pelvis se ensanche para acomodar al bebé antes y durante el parto. Estos efectos no se van hasta meses después del parto, dejando las articulaciones vulnerables. El embarazo y el parto también hacen mella en los músculos pélvicos y abdominales, y el peso del bebé empuja su centro de gravedad hacia adelante, lo que a menudo lleva a tener la espalda arqueada.

Las lesiones por esfuerzo repetitivo no afectan sólo al cuerpo: estudios han demostrado que no tratar el dolor puede hacer a las mujeres sean todavía más susceptibles a la depresión posparto, ya que empeora la calidad de vida, por lo que es crucial tratar estos dolores, no sólo por tu salud física, sino mental.

No hay necesidad de almacenar pastillas para los dolores y bolsas de hielo. Estos son los remedios básicos para paliar los efectos del día a día de la vida madre:

Sostener al bebé con la muñeca doblada

La tenosinovitis de Quervain (inflamación de los tendones del pulgar), es muy típico en las madres primerizas. A veces la muñeca termina doliendo cuando la giras o cierras el puño. Esto ocurre cuando los tendones en la base de la muñeca y el pulgar se inflaman, causado por una flexión excesiva y repetitiva. La retención de líquidos y los cambios hormonales durante el embarazo también hacen que los tejidos alrededor de los tendones se inflamen.

Cómo evitarlo

Para sostener a tu bebé mantén el antebrazo, la muñeca y la mano en línea recta en lugar de doblar la muñeca para sostener su cabecita. Deja descansar la mano y la muñeca con regularidad y en una posición neutral. Si es posible, coge al bebé con los dos brazos o usa un portabebés. Cuando empujes el cochecito, coloca las palmas de las manos por encima de las asas para minimizar la tendencia a doblar las muñecas.

Cúrate

No esperes a que vaya a más. Si ignoras este problema en una mano, corres el riesgo de abusar de la otra, y entonces las dos se verán afectadas. Hoy en día puedes encontrar férulas en las tiendas para estabilizar la mano y el pulgar, pero si no estás segura consulta con tu médico. Para aliviar un poco la inflamación puedes masajear suavemente la muñeca, dirigiendo los movimientos hacia el codo. También puedes alternar baños de manos y muñecas con agua caliente y fría. Si no mejoras, acude a tu médico, puede ser que te den un pinchazo de cortisona para reducir la inflamación y neutralizar el dolor.

Malas posturas

Coger al bebé con una mala postura puede resultar en una lesión en la espalda, pero la mayoría viene de años de malas postura y músculos débiles. Cuando de repente empiezas a hacer esfuerzos con tu espalda de diferentes formas mientras cuidas a tu bebé, los discos entre las vértebras, así como los músculos y los ligamentos del área, pueden lesionarse.

Cómo evitarlo

Siempre que levantes al bebé del suelo, o cuando recojas los juguetes, dobla las rodillas y evita  torcer la espalda mientras te levantas y así evitarás lesiones en la columna vertebral. Una de las peores posturas es cuando metemos y sacamos al bebé del coche. Para evitarlo, asegura la sillita sin el bebé primero. Luego siéntate al lado, gira la sillita y coloca al bebé. Si por cualquier motivo no puedes hacerlo así, doble ligeramente las rodillas y baja a una posición en cuclillas mientras sujetas el cinturón; De esta manera, será menos probable que dobles la espalda y te lesiones.

Cúrate

El remedio más importante para una espalda cansada es descansar, lo que significa levantar al bebé con la menor frecuencia posible. Los músculos necesitan tiempo para sanar, lo que puede tomar desde unos pocos días hasta una semana o más. Las mantas eléctricas o las almohadillas térmicas pueden proporcionar un alivio inmediato, y puede que las bolsas de hielo también funcionen. (El hielo baja la inflamación y el calor puede ayudar a que se relajen los músculos que están tensos). Si sientes dolor en las piernas, consulta a tu médico por si tienes otro tipo de lesión. Pregunta por algunos ejercicios para fortalecer la espalda y que puedas hacer en casa.

Doblar la espalda cuando alimentas al bebé

El dolor de espalda y cuello es una de las quejas más comunes después del parto. Nos pasamos mucho tiempo sentadas, inclinadas hacia adelante y mirando a nuestro bebé mientras le damos el pecho o el biberón. Si pasas horas con el cuello hacia delante, los músculos de los hombros y el cuello hacen un sobreesfuerzo para sostener tu cabeza y puede resultar en lesiones.

Cómo evitarlo

Mientras lo alimentas asegúrate de hacer estiramientos con el cuello cada cierto tiempo. Usa una almohada normal o la almohada de lactancia para elevar un poco más a tu bebé. Posa tus brazos sobre la almohada, para que no soporten el peso del bebé. Si le das el biberón cambia de lado regularmente.

Cúrate

Para contrarrestar ese estiramiento excesivo de los músculos alrededor de la columna vertebral y del cuello, junta las manos detrás de la cintura y extiende suavemente los brazos hacia atrás para abrir el área del pecho. Aplicar calor puede mejorar la circulación y relajar los músculos en tensión. Un masaje también puede proporcionar alivio. Si el problema persiste, consulta con un médico. Podrías tener tendinitis y requerir tratamiento.

Sostener al bebé con la cadera inclinada

Existe una variedad de problemas pélvicos en el posparto y casi todos comienzan con la desalineación de la espalda, la pelvis o el coxis.

Cómo evitarlo

Sostenlo con ambos brazos cerca de su cuerpo. Si lo llevas en la cadera, cambia de lado regularmente. Mantener una postura correcta puede ayudar a prevenir el dolor pélvico. Para evitar que la pelvis se incline demasiado hacia atrás y ejerza presión sobre el coxis mientras está sentado, use un cojín para apoyar tu espalda baja. Si estás dándole el pecho, alterna entre estar sentada y acostada.

Cúralo

Consulta a tu médico, el tratamiento puede incluir ejercicios específicos y masaje. La buena circulación es crucial para el proceso de rehabilitación, por lo que las almohadillas térmicas y los baños de agua caliente que promueven el flujo de sangre y pueden ser útiles para aliviar el dolor y curarte a largo plazo.

Publicado originalmente en Abril de 2011, en American Baby magazine.

Consulta siempre a tu médico.

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Lole Wong

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