La Vida Madre

Límites y Amor en la Crianza

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Madre con su hijo poniendo limites

Límites y Amor en la Crianza

Límites y Amor en la Crianza

¿Es posible encontrar el equilibrio entre los límites y el amor en la crianza?

La respuesta es SÍ, sí en mayúsculas. Nosotras, como mujeres de bandera de La Vida Madre, estamos en un camino de búsqueda hacia la crianza y la educación consciente y respetuosa de nuestros hijos o hijas. Nos encontramos en la maternidad más real, más transformadora y sobre todo más comprometida.

Nos hemos encontrado por una gran similitud: acompañarnos. Acompañarnos en la maternidad, en el embarazo, en el postparto, en la crianza y también en la educación. Estamos en comunidad porque nos gusta aprender, escuchar, compartir y sobre todo evolucionar conjuntamente. Cada una de nosotras aquí aporta y contribuye a descubrir estilos, caminos y puentes para la crianza que nos identifica y nos hace sentir mejor. Sin culpas ni comparaciones, venimos a vivir la maternidad desde la escucha y el respeto.

Hoy te invito a que cierres los ojos y a que imagines una báscula dónde puedas ubicar los límites en un lado y el amor en otro. Para mí, el equilibrio de ambos son las claves para acompañar de la forma más sensata y coherente a nuestros hijos e hijas. Por ello, te invito a visualizar esta imagen y a reflexionar sobre los límites y el amor. Seguramente tengas mil palabras que vayan a venirte a la mente, ejemplos, experiencias, vivencias y testimonios. Así pues, esta balanza podrás conformarla con las pinceladas que voy a contarte y todo ello que tú nos traigas.

En la crianza y la educación tenemos dos focos que siempre debemos contemplar e iluminar, a los que siempre debemos ver: límites y amor.

En primer lugar, los límites son necesarios para el desarrollo cerebral de cualquier niño. Ellos deben conocer las normas y las reglas de cada lugar, comunidad, entorno, espacio o ambiente. Por ejemplo: es necesario que conozcan las normas de casa, del hogar de los abuelos, de los tíos, las normas del parque, del colegio, las reglas de ir en coche, entre otras. De este modo, comprenden que cada lugar y entorno se ajusta a unas leyes y reglas, así pues, a ellos les ofrece más seguridad y sensación de control. Conocen y aprenden cómo deben comportarse y qué límites deben seguir en cada momento.

Los límites es fundamental que estén pensados y determinados con claridad, es necesario que se ajusten a sus edades, necesidades, etapas vitales y características. Es decir, no podemos ponerle los mismos límites a un niño de 3 años que a otro de 6 años, porque sus capacidades cognitivas, atencionales, sociales, emocionales, etc. son distintas. Por tanto, para que los límites se cumplan es básico que sean coherentes y ajustados a la realidad. También es importante recordar que los límites no solo deben ser coherentes sino también que deben ser pocos y concretos. No podemos bombardear con límites, normas y reglas porque acabamos saturando el día a día de nuestros pequeños/as. Por tanto, te invito a establecer límites coherentes, claros, concretos y adaptados.

Madre e hijo abeazo

Muchas familias tenemos miedo o incertidumbre a la hora de establecer los límites, normalmente debemos ponerlos en situaciones difíciles, nerviosas o sensibles y por ello, nos cuesta más. Por esta razón, te acompaño con 3 estrategias que espero te sean útiles y sencillas de utilizar:

  1. Comunícate con tu compañero/a de crianza. Es interesante que en el hogar vayáis remando papá y mamá, dos mamás, dos papás, o quien se encargue de la crianza en el mismo sentido de la navegación.
    Podéis juntos establecer qué límites son importantes para vosotros a la hora de salir de casa, de dar el baño, de la comida, de la cena, de ir a dormir, del momento de juego, del momento de descanso, etc. Aquellas situaciones más comunes del día a día estableced límites o normas que sean coherentes para la familia y que podáis ir trabajando. 
  2. Establece un límite de forma coherente, tranquila, sensata, claro y conciso. Delante de la situación que tengáis que acompañar debéis el límite necesario, en estas últimas líneas os he compartido cómo deben ser estos límites para que sean viables y realistas. 
  3. Sensatez y flexibilidad. Los límites es adecuado que se cumplan siempre del mismo modo o manera, así como se han determinado y decidido, es bueno que se sigan para que tengan continuidad y les aporte a los niños un seguimiento, coherencia y seguridad. Al ellos conocer los límites y normas del día a día, les será más sencillo funcionar. Aún así, atención y flexibilidad, siempre hay momentos o situaciones. Por ejemplo: determinamos que después de cenar contaremos sólo dos cuentos, un día tu hija está enferma, lleváis más horas en casa, le cuesta más dormirse, necesita mimos y más tiempo contigo. No te agobies si este límite no se cumple, ahora mismo ella tiene otras necesidades.

Deseo que estas tres estrategias te hayan podido aportar más seguridad cuando establezcas un límite, no es motivo de autoritarismo sino de ofrecer seguridad y protección.

Es bueno que los límites vayan acompañados del amor. El amor estaría en la otra parte de la balanza, para así encontrar el equilibrio entre la parte más rígida y la escucha y comprensión. El amor siempre debe estar presente en la crianza de nuestros pequeños y pequeñas, y es muy bonito poder compartirles qué es amor.

Para la crianza respetuosa y consciente es amor cuidarnos a nosotras, es amor poner límites, es amor escucharlos, es amor atender sus necesidades, es amor adaptarnos al momento, es amor decir no, es amor decir sí, es amor dar un abrazo, es amor pedir tranquilidad, es amor pedir espacio y tiempo, cómo veis el amor es incondicional y va mucho más allá del límite o la regla.

Esta idea es la más bella y completa que podemos transmitir y con la que transitar por la vida. Por tanto, cuando establezcas el límite dile que lo quieres y que lo amas. Te pongo algunos ejemplos de cómo emitir ese amor en los límites:

  • “Necesito que te pongas los zapatos, te quiero y debo cuidarte. No puedes salir a la calle descalzo”
  • “Ahora debes lavarte los dientes, te quiero y debo cuidarte. No me gustaría que tus dientes se pusieran mal”. 
  • “Nos vamos a la cama, es bueno para ti. No puedes irte a dormir tan tarde porque mañana tenemos que madrugar. Es bueno que duermas”

Muchísimo amor y ternura, confía en ti y en tu filosofía, tu maternidad es real, escúchate y hazlo desde el corazón, siempre encontrarás el camino.

Sandra Luque

Maestra de Educación Infantil formada en Pedagogías activas e innovación educativa.

@educamosdesdelcorazon

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