Llega el verano y empezáis a hacer más actividades fuera de casa: viajes, escapadas, visitas a familiares que hace tiempo que no veis… con lo que peligran las rutinas y los horarios de sueño que tanto te ha costado establecer con tu peque para mejorar su descanso.
Con la llegada del verano siempre aparecen dudas: ¿qué hago con la siesta si vamos a comer fuera? ¿y si salimos por la tarde cuando menos calor hace y la hora de dormir se retrasa? Temes el momento de alterar su día a día pensando que el sueño de tu peque pueda empeorar y que empiece a despertarse mucho más pronto, que le cueste dormir las siestas, que haga siestas interminables que se alarguen hasta muy tarde y luego le cueste mucho conciliar el sueño por la noche…
Os traemos algunos consejos que te pueden ayudar a mantener cierta estabilidad en su descanso durante las vacaciones:
1. Mantén la rutina para dormir. Si logras no alterar mucho los pasos previos para dormir, le ayudará mucho. Si os vais de viaje, replica paso por paso el ritual de sueño que le funciona en casa. Si estáis fuera y el entorno de sueño cambia, la rutina le ayudará a sentir seguridad ante la hora de dormir y a tener ese momento de desconexión que necesita antes de conciliar el sueño.
2. Mantén los horarios regulares, pero flexibiliza
Una siesta en el coche, en el carrito o acostarse más tarde de lo habitual de vez en cuando no le afectará demasiado, pero si duerme la siesta en un sitio y a una hora diferente cada día y se va a la cama mucho más tarde que de costumbre durante varios días seguidos, sus horarios empezarán a desequilibrarse y la situación puede complicarse. Si tu peque está en edad de dormir más de una siesta, intenta que duerma por lo menos una siesta al día en casa (o en el hotel).
3. Si necesitáis retrasar su horario del día, te recomendamos moverte en un intervalo de una hora. Por ejemplo, si siempre se va a dormir a las 20h, puedes ir retrasando su horario a las 21h de una manera gradual durante varios días para que se vaya adaptando a este nuevo horario.
4. No os saltéis las siestas. El sueño diurno es muy importante tanto para su desarrollo como para mantener una presión de sueño adecuada para la hora de dormir por la noche. Las siestas ayudarán a tu peque a no sentirse con exceso de cansancio. Si notas que sus siestas no son reparadoras porque son más cortas de las que hace normalmente, adelanta un poco la hora de ir a dormir.
5. Adaptación al nuevo entorno.
Aunque tu peque duerma estupendamente en casa, un cambio de entorno puede parecerle extraño y provocar unas noches algo movidas. Si notas que le cuesta más conciliar el sueño o tiene más despertares de lo habitual, nuestro consejo es que reacciones de la misma manera que haces en casa. Si no haces cambios en cómo duermes a tu peque intentando cosas nuevas, en apenas un par de noches tu peque se adaptará.
6. Priorizar su descanso
Al organizar las vacaciones y los días fuera de casa es importante priorizar sus necesidades de sueño. No se trata de no hacer nada, pero es mejor hacer una actividad por día para que tu peque sea capaz de asimilar la información que está recibiendo y de descansar bien para afrontar el día siguiente lleno de energía. Aunque siempre dependerá de la edad, es importante dejar tiempo para que pueda dormir sus siestas a las horas que le toca y en un entorno adecuado. Por ejemplo, para un peque ir a la playa representa una gran aventura y es un gran estímulo que le dejará agotado.
7. Objeto de apego, a la maleta
Si tu peque tiene un elemento como un pequeño peluche, doudou o manta que siempre le acompaña durante el sueño, te recomendamos meterlo en la maleta. Le será de gran ayuda porque le dará seguridad en la adaptación a un nuevo entorno y tendrá algo familiar de casa.
Amelia Hunter
Asesora de Sueño Infantil y Auxiliar de Pediatría
