A veces las madres creemos que somos unas todoterrenos; cuidamos de nuestros hijos, atendemos nuestra vida profesional, somos buenas amigas, hermanas, hijas… y así es, pero ante todo somos humanas. Y cuando el cuerpo se satura, dice basta.
Hace dos meses que Ona Carbonell, nadadora olímpica española, volvió a retomar los entrenamientos tras haber dado a luz a su segundo hijo, Teo, a finales del pasado mes de junio. Desde entonces, la nadadora se ha inmerso en una vorágine de compromisos profesionales, cuidado del bebé y unas navidades de por medio.
Hace unas semanas sorprendió a sus seguidores de Instagram cuando publicó una fotografía suya sentada en un sofá con Teo y bolsas de hielo en la pierna. “Hace unos días volvía con los peques del médico después de unas navidades con muchos virus 🦠 Llevaba unos días sin parar, muy cansada y con mil cosas en la cabeza y yendo a coger el tren me caí por las escaleras de la estación”, comenzó diciendo la protagonista, dando a entender que había pasado por unas navidades difíciles por problemas de salud.
“A pesar del dolor solo tenía en mente volver a casa porque tenía que dar de comer a Teo. No quería volver a tener otra mastitis, después de haber pasado por una hacía 3 días (la segunda en poco tiempo)”, continúa desvelando que se le había inflamado el tejido mamario. “No suelo compartir estas cosas, pero al final, son cosas que pasan y está bien contarlas. Por suerte estoy bien 😓 A veces es mejor parar y reconectar 🍃”, zanjaba haciendo partícipe y normalizando entre su comunidad de que no estaba pasando por un buen momento.
Ante la preocupación de sus seguidores, la propia Ona subió un Story en una piscina dando las gracias a todos por los mensajes de apoyo.