La Vida Madre

No Soporto a mi Suegra

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No Soporto a mi Suegra

Suegra en cena familiar

No Soporto a mi Suegra

No Soporto a mi Suegra

Con la maternidad muchas cosas cambian y nos preparamos como podemos para todo lo que se nos viene. Miramos los carritos que hay en el mercado, las cunas, pensamos distintas alternativas de alimentación…

Casi siempre nos centramos más en lo que sucederá de piel para afuera, pero lo cierto es que los cambios más grandes siempre ocurren dentro. Es como si el engranaje interno comenzara a funcionar a otro ritmo, de otra manera. Son cambios imperceptibles a simple vista, puede que haya quien no se dé cuenta de que están, pero la realidad es que marcan una gran diferencia.

Ya no somos las mismas

Puede suceder que a raíz de todos estos cambios la relación con nuestra suegra cambie. A lo mejor antes nos costaba y ahora sentimos que no la podemos soportar. A lo mejor antes “ni frío, ni calor” y ahora nos irrita. O puede que ahora veamos en ella comportamientos intrusivos, juicio o comentarios que nos hagan mucho daño y el cuerpo nos pida alejarnos, salir de ahí rápido.

Si eso te sucede a ti escúchate, presta atención a esa sensación y busca traducir de manera detenida qué quiere decirte tu cuerpo, porque aunque te sorprenda, a veces esas sensaciones con la suegra tienen más que ver con tu pareja. 

Sí, son las parejas quienes deben poner límites a sus madres y padres en primer lugar, así es todo más fácil. ¿Has hablado con tu pareja sobre cuánto te molestan ciertas actitudes? ¿Le has pedido que le diga a su madre que no llegue a la hora del baño a casa, que no le de azúcar a los niños/as o que por favor no haga esos comentarios? Quizás lo que destapa la relación con tu suegra es que no te sientes protegida o cuidada por tu pareja. Quizás te sientes sola ante lo que te molesta de tu suegra (y puede que de otros temas) y necesitas que tu pareja te lo ponga fácil.

Por otro lado, tu suegra es una mujer, otra madre como tú. ¿Sabes esos cambios internos que notas en ti? Ella también los vivió algún día. La removieron y la zarandearon, en un contexto que quizás le hizo espacio a su transformación, o quizás no. Es posible que verte a ti viviendo ese proceso le remueva su propio proceso pasado. Quizás le reabra alguna herida que aún no tiene cerrada. Cualquier crítica o cualquier juicio que diga tiene más que ver con ella y sus heridas que contigo.

Puede sonar obvio, pero es la primera vez que es abuela. Incluso aunque tenga más nietos o nietas, es la primera vez que es abuela en estas circunstancias, acompañándote a ti y tu pareja en vuestra maternidad, bimaternidad, etc. Está aprendiendo también. A veces puede que le salga de manera más automática su rol de madre, ese que ha ejercido y ejerce desde hace más tiempo. 

Y sí, también influye en este tema la cuestión de género. A las mujeres nos han enseñado a competir entre nosotras, a vernos como amenaza en lugar de sentirnos como aliadas. También toca en la relación con la suegra hacer un alto en el camino y recordar que es otra mujer, que puede ser de gran ayuda, que probablemente quiere lo mejor para tu bebé y que podréis encontrar la manera. 

Trata de ordenar todo ese remolino de sentimientos y sácalos fuera, habla de lo que sientes y necesitas. Presta incluso atención a qué es lo que de verdad te duele de todo esto. ¿Qué tecla te toca a ti que te hace estar tan removida? Quizás tienes miedo de que tu bebé la quiera a ella más que a ti; quizás te sientes insegura en tu rol y cuando ella te lo señala algo te explota por dentro; a lo mejor te recuerda a esos momentos pasados en que te sentiste juzgada cuando necesitabas ser escuchada por otras personas… Sea como sea saca fuera todos esos miedos, ponles palabras en un lugar seguro, con tu amiga, con tu madre, en un grupo de acompañamiento, en terapia, con tu vecina que también es madre… Sólo tú sabes qué te puede ayudar más, mímate. Cuida también tu herida.

Con esto no quiero decir que no haya que poner límites. De hecho, es importarte hacerlo de manera clara, firme y en equipo con tu pareja. Es vuestro hijo/a, y ponéis vosotros las normas. Tienes derecho a pedir qué necesitas, y tienes derecho a que tu pareja te apoye en esto. Los límites son la base para que las relaciones funcionen, sirven para protegernos. 

Si establecéis unos buenos cimientos tu suegra puede pasar a ser una gran aliada en tu crianza ¿No sería eso bonito?

Para ello recuerda que:

Tu suegra también fue madre, la madre de la persona que has elegido como acompañante en tu propia maternidad. 


Ella también está viviendo cambios, está aprendiendo qué es eso de ser abuela. 


Es otra mujer, sororidad y amor. 

Revisa cómo os encontráis a nivel de pareja. A veces el malestar con la suegra es una manera de tapar el malestar que sentimos con la pareja.

Piensa qué tecla toca en ti y cuídate con el amor que necesites. Pide la ayuda que consideres.

Límites claros y firmes. Mejor ponerlos en equipo, tu pareja es quien debe hablar con ella principalmente, siempre será más fácil. 

Celia Acero Pereira

Psicóloga perinatal y psicoterapeuta.

@celiaacerop

www.psicologiaytribu.com

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