La Vida Madre

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre

Mujer y Madre, en Ese Orden

Mujer y Madre, en Ese Orden

Jamás he querido ser madre con demasiada fuerza. Tengo amigas que desde pequeñas sabían que algún día serían madres, pero yo jamás me vi sosteniendo un bebé hasta que conocí a mi marido.

Fue un flechazo y de repente lo tuve claro. Amar de tal manera que quieres formar una familia con esa persona. Todo cobraba sentido.

Mi camino hasta convertirme en madre no fue fácil, ya que me topé de bruces con la infertilidad. La maternidad en sí tampoco fue de color de rosa, ya que empezó con un parto traumático y lesiones importantes en mi suelo pélvico que sin darme cuenta estaban afectando a toda mi vida personal.

 

Pero todo estaba bien, claro. Había conseguido lo que más deseaba. Ser madre.

Y cuando menos lo esperaba, tuve un embarazo espontáneo múltiple. ¡Me había tocado la lotería! Embarazo de riesgo, susto con pliegue nucal, biopsia de corion, parto no respetado pero que curó heridas anteriores… ni tan mal, oye, ¡no te voy a engañar!

 

Pero criar mellizos con lactancia materna exclusiva y un hijo más mayor que sigue siendo demasiado pequeño, hace mella.

Y a ese cóctel añádele el no dormir, una baja autoestima por un cuerpo estropeado, un deseo sexual nulo que te aleja de tu media naranja y sin esperarlo, un confinamiento por una dichosa pandemia mundial que te hace tocar fondo más que nunca.

 

Es duro decirlo, pero aunque la maternidad es lo mejor que me ha pasado porque me ha dado una plenitud desconocida hasta ahora, ha hecho que mis cimientos como persona se tambaleen de una forma brutal.

Si hay algo que toda mujer (sea madre o no) debe poner en práctica y convertirse en experta, es a autoanalizarse a una misma. Ser objetiva con los sentimientos que le provoca su vida y poner en marcha toda solución posible.

¿Recuperar la vida de pareja? Pues quizás ha llegado el momento de buscar una canguro. ¿Mejorar tu autoestima? Ponte en manos de profesionales, ya sea en cuestión de deporte, nutrición o fisioterapia.

¿Necesitas ayuda psicológica? ¿No crees que eso debería ser una prioridad?

Al final me ha costado mucho entender que para estar bien para con tu familia, has de estar bien contigo misma. Y si para eso necesitas una cita a solas con tu pareja una vez al mes, dormir una noche del tirón tú sola o salir a cenar con amigas, TIENES QUE IMPONERLO y conseguir esa ayuda que necesitas para llevarlo a cabo.

 

Las madres somos una pieza vital en cualquier familia, pero no podemos estar al 100% siempre sin hacer un alto en el camino. No, no se puede.

Y olvídate de las mujeres que se creen superiores porque no se quejan y tiran del carro sin mirar atrás: ni son mejores, ni más valientes. Al contrario, son más cobardes porque quieren dar una imagen que no existe.

Nadie en su sano juicio puede dejar de ser una misma sin que eso le afecte en cierta manera y gracias a mi experiencia en redes sociales y a recibir mensajes cada día de mujeres desconocidas, sé que es así.

Tranquila. No significa que quieras menos a tus hijos. Al contrario, quererte a ti misma y priorizarte es una señal de que te importa tu relación con ellos y cómo quieres que ellos te vean.

 

¿Te gustaría que tus hijos el día de mañana estuviesen mal por satisfacer las necesidades de otros?

¿Por qué tú sí que puedes hacerlo?

 

No hay madre que quiera más a sus hijos que aquella que se quiere primero a sí misma. 

Laura Fuentes - Mamá Ingeniera

@mamaingeniera
diariodeunamadreingeniera.com

Artículos relacionados

La Vida Madre

La Vida Madre

#maternidadsinfiltro

COMPARTIR

Share on facebook
Share on twitter
Share on email
Share on pinterest