La Vida Madre

Mi Parto no Fue un Parto Respetado

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Madre y Recién Nacido

Mi Parto no Fue un Parto Respetado

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Quiero empezar diciendo que esta entrada va a ser muy difícil de escribir. Todavía es algo que no supero pero quiero compartirlo porque creo que mi experiencia puede ayudar a otras madres primerizas. Esto me va a costar muchas lágrimas, así que espero que llegues hasta el final.

No fue Parto Respetado: Embarazo

En todo el embarazo me dijeron que tenía la placenta baja y que lo más seguro es que me tuvieran que hacer cesárea. Tuve que hacer mucho reposo y estaba atemorizada porque Victoria en teoría venía muy pequeña y al parecer tenía que ir a neonatos. Cada vez que veía en la televisión algo con bebés prematuros me ponía a llorar de los nervios.

 

Yo no quería que me hicieran cesárea, tenía muchas ganas de parir. Simplemente para tener una recuperación rápida porque mi hermana sólo podía pedirse los días que yo estuviera hospitalizada y mi madre está en Venezuela. No podía venir al parto ni a ayudarme con Victoria los primeros meses (sí, lloré mucho por ello).

 

Iba todas las semanas a consulta ya que estaba en alto riesgo por la placenta baja y por el lento crecimiento de Vicky. A la semana 36 nos dijeron que Victoria venía muy pequeña y tenían que inducirme el parto. Me comentaron que la placenta se había quitado de la salida y podía parir.

Noemí de Parto

El día 17 de Agosto 2018, vamos a la última consulta y me dijeron que me ingresaban al siguiente día. Recuerdo que estaba emocionada pero asustada, al día siguiente podía nacer Victoria. No me lo podía creer. Me confirman que puedo tener un parto normal.

No fue Parto Respetado: el Inicio

El día 17 de Agosto 2018, vamos a la última consulta y me dijeron que me ingresaban al siguiente día. Recuerdo que estaba emocionada pero asustada, al día siguiente podía nacer Victoria. No me lo podía creer. Me confirman q

El 18 de Agosto a primera hora mi querida Petty Rojo nos llevó al hospital (Gracias hermosa). Al llegar me colocaron las correas y un óvulo que en algunos casos induce el parto ya que no es muy agresivo. En mi caso no me hizo nada.

 

Mi hermana vive a dos horas de Logroño así que fue con mi sobrino a pasar el día y por la noche se regresó a su casa. Pasamos el día en la habitación esperando, así que tener su compañía me hizo pasar el día rapidísimo.

Al no ponerme de parto ese día, me dijeron que al día siguiente procedían a colocarme oxitocina. Como el día anterior, mi hermana fue a Logroño con mi sobrino a pasar el día y ayudarnos en lo que pudiera. Victoria no quería salir. No me ponía de parto por nada del mundo. Así que pasan el día “chutandome” oxitocina. A eso de las 6 de la tarde decidieron romper bolsa. Yo no sé a otras mujeres pero a mi me dolió muchísimo. No dejaba de llorar del dolor sentía que no podía soportarlo.

Me dijeron que ya podía pedir la epidural, así que me la colocaron. Me llevaron a la habitación, me hicieron un tacto, todavía me faltaba por dilatar.

No fue Parto Respetado: Sorpresa

A los 20 minutos, o menos, le comenté a David que sentía un dolor intenso en el ano.  Sí, si no has parido y nadie te ha dicho como es el dolor de parto, es ese. Me iba y venía pero dolía montón. Le llamamos a la “iluminada” de la matrona y sin revisarme dijo “es imposible, ese es el dolor de parto y te acabamos de revisar”. Aún así le insistimos y dijo con tono de pereza “bueno voy a revisar”.

 

Su sorpresa fue tanta que me dice “no es posible, ya estás de parto. Cuando sientas que te duele empuja fuerte aunque estés en el pasillo. Voy a preparar el paritorio. Puja lo más fuerte y bien todo lo que puedas porque esa bebé es muy pequeña y no sobrevive a un parto largo, voy a llamar a neonatos”.

 

El mundo se me cayó, ¿Cómo que mi bebé no sobrevivía a un parto largo? Nadie me lo había dicho. Nos quedamos David y yo solos en la habitación. Yo entre en ataque de pánico, sentía que no podía respirar pero papá low-cost tiene un don y es el de amansar las aguas. Me tranquilizó y me concentré. Mientras volvía la matrona, cuando sentía ese dolor pujaba lo más fuerte que podía. Sí, estaba en una habitación de un hospital pariendo sola con mi marido. A falta de parto respetado casi que no lo tuve ni asistido.

No fue Parto Respetado: Nace la Reina

Cuando regresó la matrona, me llevaron corriendo al paritorio y a los pocos minutos de entrar ya había nacido Victoria. Estaba el equipo de neonatos para llevársela a la incubadora. Nació y yo no la vi, se la llevaron a pasarla, examinarla y llevársela. Pero escuché las mejores palabras de ese día “pesa 2,640gramos, está niña está en perfecto estado. Dásela a la madre y que le de la teta”.

 

Cuando me pusieron a mi bebé en la tripa, fue amor a primera vista. Me estaba buscando con sus ojitos. Tenía los ojos muy abiertos y no dejaba de mirarme, ya sé que no ven bien a cierta distancia pero ella lo hacía. Fue un momento especial hasta que empecé a sentir unos pitidos en los oídos.

Le dije a la matrona que estaba mareada y que no escuchaba bien. Que me quitaran la bebé porque me daba miedo que se me cayera. Se la llevaron, me inyectaron algo que me devuelve la vitalidad y me la volvieron a dar. Se quedaron la matrona y una enfermera cosiendo. La enfermera le dijo a la matrona “oye, está chica está echando mucha sangre” a lo que la matrona no respondió y siguió a lo suyo. La verdad es que no le hice caso, tenía a mi bebé conmigo.

 

Vicky tuvo su primer contacto con la “teleteta”, fue pegada ahí y en la habitación ya mandamos la primera foto de la reina. Era tan pequeña y tan frágil. Pero a la vez una campeona. Lo más hermoso del mundo. Estábamos enamorados.

No fue Parto Respetado: El Horror

Al rato de estar en la habitación le dije a David que me sentía mal otra vez. Que estaba mareada y se me nublaba la vista. Llamamos a enfermería y no nos hicieron caso. Le dijeron a David “es normal, de los nervios”. Me volví a sentir bien pero le dije que llamara otra vez porque sentía el dolor de parto una vez más. Vino la dichosa matrona y dijo ” no puede ser, ya no deberías sentir eso pero te voy a revisar a ver”.

 

Cuando me abrió las piernas para revisar, vino la sorpresa, salía sangre a borbotones. Sentía más líquido que cuando me rompieron aguas y a chorro, por describirlo de alguna manera. La matrona me quitó a Victoria y se la dió a David. Se fué corriendo y de repente dejé de escuchar y se me nubló la visión otra vez.

 

Llegó a la habitación el equipo médico al completo. Anestesiólogos, enfermeras, médicos… La habitación llena. Me dijo la anestesiólogo que me tienen que operar. Que me tienen que hacer un legrado uterino de urgencia. Que por favor firmara unos papeles.

 

Firmé los papeles para dar el consentimiento de la operación y recuperé la lucidez para llamar a mi hermana. Justo estaba llegando a su casa. Le dije que se devolviera porque me tenían que operar, no quería que David estuviera sólo por si pasaba algo. También le escribí a mi amiga T.M.M. (Quién no se perdió un segundo de todo a pesar de estar lejos) que el marido es anestesiólogo, quería saber si me ponían anestesia general podía dar pecho luego. Era lo único que me importaba, no sabía que el asunto era tan grave.

 

Le dije a David que le pusiera “la playlist” a Victoria que le ponía cuando estaba en la tripa. Para que no me extrañara. Y me llevaron a quirófano. La anestesiólogo (un amor de persona, al igual que el médico que me operó) me dijo que me iban a pasar la anestesia por la vía de la epidural. Que iba a sentir pero que no me iba a doler.

Me quitaron el anillo y la diadema y se la plantan a David en la habitación, sin decirle nada al pobre hombre, pensó que me había muerto. Mientras tanto, en quirófano yo estaba y no estaba, o así lo sentía. Era todo muy confuso, sentía todo lo que me estaban haciendo ahí abajo pero a la vez se me iba muchísimo la visión y la audición. Estaba tan cansada, sólo quería cerrar los ojos y dormir. La matrona que me atendió aparecía de vez en cuando y sólo decía “lo siento mucho”.

 

La anestesiólogo no dejaba de repetir “por favor, no cierres los ojos”. Pero no podía controlarlo, hacía un esfuerzo sobrehumano para mantenerlos abiertos. Y los mantenía abiertos porque alguien me dijo “acabas de tener a una bebé hermosa, por favor, no cierres los ojos, no la dejes sin mamá”. Todavía no se quien me lo dijo, si fue un médico o mi subconsciente. Al mismo tiempo no me dejaban de venir imágenes de mi familia a la mente, a toda esa familia que tengo muchos años que no veo y que amo con locura. Supongo que tenía miedo a morirme y ellos no iban a poder venir a despedirse de mi. Es algo que todavía me pone triste.

 

No fue parto respetado: La Calma

Cuando por fin terminan, me llevaron a otro lugar hasta que me recuperará. Y en la salida estaba David con Victoria en una cunita. Recuerdo su mirada de tristeza y de miedo.

 

Pasaron horas o minutos, no lo sé, y yo seguía en un sitio que creo que era cuidados intensivos, a cada rato sonaba mi monitor y venían a verme pero yo me dormía una y otra vez, es lo poco que recuerdo.

 

Por fin me empecé a sentir mejor y vinieron las doctoras que me operaron. Me dijeron que mi marido estaba en la puerta y que no dejaba de preguntar por mi. A lo que yo respondía preguntando “¿Pero llegó mi hermana?”. No quería que dejarán a Victoria sola en ningún momento.

Cuando me llevaron a la habitación estaba David esperándome, me acompañó todo el camino. Cuando llegué estaba con mi hermana con Vicky cargada. Ella una santa, tranquilita con su tía. Me explicaron que tengía un balón en el útero y sondas en la vejiga. No podía moverme ni sentarme, ni cargar a Victoria. Le tenía que dar la tetita acostada de un lado y del otro.

 

Fue el momento de avisar a mi familia de Venezuela lo que había pasado. Mi madre ya sospechaba que algo pasaba, es una bruja (en buen sentido). Siempre lo ha sido, sabe lo que hacemos, cuando y con quien. Pero avisaron con una foto mía y de Victoria para que comprobaran que estaba bien.

No fue parto respetado: La Recuperación

Al día siguiente me explicaron que perdí mucha sangre, que el útero no sabían si lo van a poder salvar. Que no tenía que haber parido porque si que había placenta en la salida y que además me habían dejado placenta adentro. Teníamos que esperar a que me quitaran el balón a ver si se había contraído. Tenía que seguir sin comer por si me tenían que volver a operar de urgencia. Recuerdo el calor que tenía, estaba desnuda todo el rato. Me cubría con las sábanas sólo.

 

Llegó el día de quitar el balón del útero. Me lo quitaron y me dijeron que el útero estaba contraído. Que podía empezar a comer, y a levantarme poco a poco. Ya cuando debería estar bien, me mareaba, así que mi hermana insistió en un análisis de sangre para ver si no tenían que hacerme más transfusiones.

 

En efecto, tuvieron que colocarme un litro más de sangre, en total me pusieron dos litros y medio.  Al día siguiente querían darme el alta pero tenía que llevar a Vicky al siguiente día a pesarla porque bajó mucho de peso. Menos mal que el padre de David insistió en que me dejaran ingresada y así fue. Hasta el día siguiente que nos fuimos los tres a casa.

No fue parto respetado: El Final

Ha sido muy difícil escribir esto, tal y como me lo imaginaba. Si has llegado hasta aquí, quiero darte las gracias por leer este casi testamento. Otro día te hablo del post parto y la depresión que lo acompañó. Espero que te sirva de experiencia.

No para que no quieras tener hijos o tengas miedo, sino para que preguntes cinco veces las cosas, averigües todo lo que puede pasar o no en el parto. Lleves un plan de parto, prepares y dejes todo listo para cualquier situación. 

 

Sobretodo para que luches por un parto respetado.

Noemí, Mamá Lowcost

@mamalowcost
mamalowcost.com

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