Escribo esto porque necesito desahogarme y quitarme de alguna manera este sentimiento de culpabilidad que siento, y creo que en este foro habrá personas que me entiendan. Soy mamá de un niño de 10 meses. Un niño muy deseado al que le costó llegar y que al final conseguimos gracias a un tratamiento de fertilidad. Cual fue nuestra sorpresa y felicidad, que cuando el peque tenía 6 meses, volví a quedarme embarazada de manera natural. Todo lo que nos había costado, de pronto era fácil y estaba ahí.
«Me costó, llore, me sentí triste y muy muy culpable»
Y llego el momento en el que la prueba de ADN confirmaba el sexo del segundo bebe. Sexo masculino. Me da hasta vergüenza escribir esto, pero me sentí desilusionada y triste. Quería una niña. Siempre había soñado con tener una niña. Hasta tenia nombre…. Acabo de cumplir 40 años y no me queda mucho tiempo para poder ser mama de nuevo. Así que me hice a la idea de que no tendría una niña. Me costó, llore, me sentí triste y muy muy culpable. Pero en unas semanas le di la vuelta y volví a sentirme feliz por ese ser que ya empezaba a darme pataditas.
Como me atrevía a sentirme mal o triste? Hace dos años, en pleno tratamiento y mucha tristeza por tener que hacerme a la idea de que quizás nunca seria madre, me llegan a decir que sería mama de dos niños y ni me lo hubiese creído. Hubiese firmado donde hiciera falta. Y ahora que lo tengo me siento triste porque no es una niña? Como me atrevo? Sabiendo mejor que nadie la impotencia que se siente en ese proceso de tratamiento de fertilidad?
Le di la vuelta y me sentía feliz, hasta hoy…. He ido a la calle con mi niño y me he encontrado a una señora conocida. Cuando ha visto mi barriga, le he dicho que estábamos de enhorabuena. Y lo primero que me ha preguntado ha sido “Y que va a ser?”.
“Otro niño!” he respondido sonriente y feliz, porque de verdad así me sentía. Y su respuesta ha sido un “Ooooohhhhhhh… que pena”. Y esas tres palabras me han caído como una jarro de agua fría. Me han dolido, me han puesto triste, me han hecho sentir que en el fondo siento lo mismo, y que también yo quería una niña. Y me he enfadado. Mucho. Me he enfadado con la señora por su impertinencia y me he enfadado conmigo misma por volver a atreverme a sentirme mal.
«Y sé que cuando vea la carita de mi segundo hijo, volveré a sentir algo extraordinario, mi amor se multiplicará y sentiré que tenía que ser él y nadie más»
Ser madre es lo mejor que me ha pasado jamás en la vida. Lo que he vivido hasta ahora ha sido indescriptible, perfecto con toda su dureza y no lo cambiaría por nada. Y sé que cuando vea la carita de mi segundo hijo, volveré a sentir algo extraordinario, mi amor se multiplicará y sentiré que tenía que ser él y nadie más. Pero me da miedo que esta pena de no tener una niña se quede para siempre. Me da miedo que me sienta mal si alguna conocida mañana me dice que espera una niña. Me da miedo pensar que pueda sentir “rechazo” por mi segundo hijo por ser varón. Me da miedo sentir que pueda ser una persona que se atreve a obsesionarse con el capricho de tener una niña y no apreciar que voy a ser mama de un niño, después de lo que hemos vivido.
No tengo derecho a sentirme mal. Tengo la mejor razón del mundo en mi vientre para sentirme feliz y plena. Y en cambio, me siento triste y enfadada por esas tres palabras que ha “escupido” esa señora, cuando la única respuesta posible a un “Estoy embarazada” es un “Enhorabuena!”. Curiosidades de la vida, esa señora es madre de dos hijos y abuela de un nieto. Debería saber mejor que nadie lo feliz que te pueden llegar a hacer dos hijos, no?
Gracias por escucharme.
Este texto es de una Mamá que ha preferido quedarse en el anonimato.