Hoy te quiero hablar de un tema que me sorprende a la vez que me preocupa, y es que no paro de ver como cada vez hay más bebés y más niños conectados a un móvil o a una Tablet mientras sus padres están comiendo en un restaurante o están disfrutando del sol en la piscina de un hotel, entre otros sitios… Y lo digo sin ánimo de juzgar, simplemente como reflexión de algo de lo que a priori todos hemos escuchado alguna vez las consecuencias negativas en los pequeños.
Y es que a día de hoy hay muchísimas investigaciones acerca de los efectos perjudiciales que tiene exponer a los niños tan pequeños a las pantallas, por ejemplo, una investigación de la Universidad de Calgary (Canadá) señaló que la mayor cantidad de tiempo frente a una pantalla a los dos y tres años de edad se asoció con el retraso de los niños en alcanzar distintos hitos del desarrollo a los tres y cinco años de edad. Por otro lado, psicólogos y pediatras explican los problemas de dejar que los más pequeños pasen mucho tiempo con dispositivos electrónicos, entre los que se encuentra el aumento de ansiedad. Además, expertos afirman que el uso excesivo tiene un impacto en el desarrollo del cerebro. O que solo uno de cada cinco padres atiende a sus hijos mientras hacen uso de estos dispositivos.
Por otro lado, En España, un 25% de los niños de diez años tienen Smartphone propio, una cifra que va aumentando con la edad. Según el estudio PROTEGELES, respaldado por la Comisión Europea, España es el país de la UE con mayor uso de móviles y tablets, y los niños empiezan a usarlos a edades más tempranas.
Dicho esto, creo que es necesario tomar conciencia y sobre todo responsabilidad adulta respecto al uso de los dispositivos electrónicos. Ya que, aunque la tecnología divierte mucho a los pequeños y a los adultos nos ayuda a tenerlos entretenidos esta no puede cumplir la función ni de educar ni de entretener. Es como si dejáramos a nuestros pequeños todo el día viendo la tele, o que comieran todas las golosinas que les apeteciera o que se acostaran a la hora que quisieran… ¿Los dejarías? Pues igual pasa con los dispositivos electrónicos.
Y es que claro, un móvil o una Tablet ofrece todo sin necesidad de esforzarse porque desde el primer momento se activa en el cerebro el circuito de recompensa cerebral y hace sentir emociones placenteras y de esto se encarga la dopamina, que es el neurotransmisor que gestiona la motivación y el placer. Así que, cuando un niño está expuesto a un móvil o una Tablet, durante los primeros veinte minutos de conexión, los niveles de dopamina son altísimos y esto afecta al cerebro infantil (que está en pleno desarrollo), principalmente desregulándolo emocionalmente, aunque nosotros lo que observamos desde afuera es que están súper entretenidos. Por esto, es fundamental poner límites para que no surjan consecuencias o adicciones futuras.
Teniendo en cuenta toda la información existente sobre el efecto del uso de móviles y tablets en los más pequeños, se desaconseja en menores de 2 años (yo diría 4), por los siguientes motivos:
- Afecta al desarrollo del lenguaje y limita el desarrollo cerebral (imaginación y creatividad).
- Desarrolla emociones adictivas.
- Limita la capacidad de relaciones.
- Va mermando la capacidad de reconocer y exteriorizar emociones.
- Aumenta el sedentarismo y la obesidad.
- Afecta al sueño: duración, horario y calidad.
- Aumenta la necesidad de la inmediatez, queriéndolo todo rápido, perdiendo la capacidad de espera.
- Y, sobre todo… cuando los pequeños están conectados, los padres suelen estar desconectados.
Y, ¿que podemos hacer si los pequeños nos demandan constantemente los dispositivos? Aquí te dejo algunas ideas:
- La primera y más importante es el ejemplo. Recuerda que los niños ven, los niños hacen. Así que debes evitar que te vean a ti constantemente con los dispositivos en las manos. Enseñamos con el ejemplo.
- Dedica tiempo a jugar con ellos y que vean otras opciones de entretenimiento.
- Si ya están inmersos en el uso y vas a empezar a moderar el tiempo, no se lo quites de manera brusca porque no lo va a entender. Es importante que le expliques lo que va a suceder, que va a empezar a utilizarlo menos o que ya no podrá jugar con él.
- Amor, amabilidad, firmeza y paciencia.
Para finalizar, te quiero contar que cuando mis hijos eran pequeños mi marido y yo decidimos que no íbamos a ofrecerles dispositivos electrónicos sobre todo en aquellos momentos en los que a nosotros nos hubiera ido genial que estuvieran entretenidos con ellos, por ejemplo, en los restaurantes así que lo que hacíamos era entretenerlos con canciones, juegos o turnándonos para comer, fueron momentos complicados a veces, pero a día de hoy te puedo decir que ambos se sientan a una mesa almorzar y en ningún momento te piden una Tablet o un móvil y pueden estar perfectamente manteniendo una conversación mientras almorzamos. Evidentemente los resultados no lo vas a ver al día siguiente, pero sí con el paso de los años, porque al final de eso de lo que se trata, de educar para la vida y no para la inmediatez.