La Vida Madre

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

Ansiedad Durante el Posparto

El posparto es una etapa de revolución vital muy intensa. El cuerpo se transforma, la relación de pareja se transforma, el ocio y el sueño también; las emociones parecen ir en un torbellino que a veces nos enreda con demasiada fuerza…

No es de extrañar que la ansiedad encuentre una o varias rendijas por las que colarse en el día a día del puerperio. A veces lo hace sola, y a veces lo hace acompañada de una tristeza profunda y se confunde con la depresión posparto. Esto en el mejor de los casos, porque la realidad es que existe aún poca atención a la madre tras el parto y muchas veces la ansiedad pasa desapercibida. No en pocas ocasiones los síntomas se mantienen durante años o incluso se cronifican.

Por eso si me estás leyendo y te ha dado un golpe el corazón porque te has reconocido en las líneas anteriores y temes que ese malestar que sientes ahora se prologue en el tiempo, te abrazo fuerte. Quiero que sepas que te mereces ayuda y atención. No tienes que vivir todo esto sola, y no, no eres peor madre por sentir ansiedad. Sé por lo que estás pasando y sé todo el amor que pones en tu día a día.

Puede que en muchas ocasiones te hayas sentido culpable por no vivir esa felicidad plena que parece que deberías sentir. Puede que hayas puesto todo tu esfuerzo en sonreír de puertas para afuera, aunque por dentro estuvieras rota. No eres la única que se siente así, lo veo cada día en consulta. Y también veo cómo se puede dejar atrás el sufrimiento. 

La ansiedad es una compañera no deseada de viaje que se puede manifestar de diferentes maneras.

En la mayoría de los casos suelen estar presentes dos cosas: miedo e insatisfacción.

“Tenía tanto miedo que a veces no podía ni identificar qué era lo que me daba miedo. Vivía en tensión, con un estado de alerta constante que me llevaba a vigilar la salud de mi bebé: miraba su piel por si había manchitas nuevas, me fijaba en la expresión de su cara por si estaba mal, triste o enfadado y yo no sabía leerlo, y por supuesto cuando dormía miraba una y otra vez que respirara. 


Además, tenía miedo de caerme por las escaleras, de tener un accidente en casa o de que me llamaran por teléfono porque mi marido había sufrido un accidente de tráfico y le había pasado algo grave. Tanta preocupación tenía mi cabeza que estaba agotada todo el día, era como si mi cuerpo y mi mente no dejasen de trabajar ni un instante para protegerse de algo abstracto que pudiese pasar”.

Estas palabras son de una mujer que describía en terapia todo lo que pasó en el primer año de vida de su pequeño. El miedo a que algo pasara sin saber exactamente qué era ese algo, pero sintiendo que la incapacitaba cada día. Así es la ansiedad posparto. 

 

Presión en el pecho y pensamientos intrusivos

Este tipo de sensaciones pueden ir acompañadas de presión en el pecho, sentir que el corazón se acelera sin razón aparente o incluso pensamientos intrusivos sobre pegar o maltratar a tu bebé. Son las fobias de impulsión, pensamientos que se cruzan en la cabeza y que nos hacen pensar que podríamos llegar a hacer daño a nuestro bebe.

Estos pensamientos son una señal de alarma clara sobre el estado en que se encuentra la madre. Son pensamientos que ilustran un estado de mucha preocupación, de mucha autoexigencia y de mucho malestar. Es una manera que tiene la mente de decir “estoy sobrepasada, esto me preocupa mucho hacerlo bien”. 

Por eso es importante buscar ayuda para la madre en esos casos. Traducir que casi siempre quien está en riesgo no es el bebé, sino la madre y saber que cuando la madre reciba lo que necesita estarán mejor ambos, bebé y madre.

Insatisfacción intensa

Otra de las peculiaridades de la ansiedad en el posparto es que suele existir una insatisfacción intensa con la vida: la incapacidad de disfrutar del día a día; sentir que las horas son pesadas y espesas; desear que el tiempo pase más rápido, querer huir sola lejos de la familia o soñar con escapar de la propia vida de manera frecuente.

Cuando una mujer siente insatisfacción donde esperaba sentir plenitud, se genera una batalla interna que aprieta y paraliza. Esa parálisis interna y la culpa que genera puede llevar a que la ansiedad se viva en secreto durante años, como explicaba una de las mujeres en consulta un día:

“Yo pensaba que estaría feliz y radiante cuando tuviera mi bebé en brazos, eso era lo que veía en el resto de madres, y era lo que todo el mundo me contaba. Pero yo me sentía fatal y sólo quería que pasara el tiempo. Soñaba con que llegara un día que no me pesara. Un día que fuera fácil, que me sintiera yo de nuevo, que pudiera disfrutar de mi propia presencia, que me sintiera orgullosa de la mujer y la madre que era. Pero eso día no llegaba. Los días pasaban y pasaban y cada vez me sentía más lenta, más espesa, más difuminada en mi propia vida. 


Creo que mi entorno se acostumbró a verme así, debían pensar que estaba cansada, qué se yo. El caso es que pasaron años hasta que decidí que me merecía otra cosa. Me di cuenta que el tiempo no lo cura todo, que necesitaba alguien que me diera la mano para aprender a caminar en mis nuevos zapatos. Ese fue de verdad el primer momento en que reconecté conmigo misma. Lo hice un poco por mi hija, porque quería dar la mejor versión de mí misma, pero ahora sé que si de verdad quiero hacer algo por ella tengo que empezar por dar ejemplo y cuidar mis espacios”. 

Sé que el posparto puede ser duro, incluso demoledor. Es por ello que te animo a pedir ayuda profesional. Te mereces y puedes vivir una maternidad gozosa, una vida plena en la que reconectes con tus propias necesidades y a la vez sientas la tranquilidad de disfrutar feliz de todo lo que tu nueva vida te regala. 

Celia Acero Pereira

Psicóloga perinatal y psicoterapeuta.

@celiaacerop

www.psicologiaytribu.com

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