¿Cuándo puedo bañar por primera vez a mi recién nacido?
¿Cuántas veces a la semana es bueno que lo haga?
¿Es mejor bañarlo a diario? ¿Cada dos días? ¿Semanalmente?
Y, una vez va creciendo, ¿mantengo la misma frecuencia? ¿Es conveniente que forme parte de una rutina?
Los recién nacidos nacen con una grasita en la piel llamada vérnix caseoso. Esta capa tiene un factor protector tanto intraútero y como una vez nace. Una vez en el exterior, el vérnix ayuda a los bebés a regular su calor corporal durante estas sus primeras horas e incluso días de vida. Poco a poco va desapareciendo.
Una vez ha desaparecido por completo (entorno a las 24-48 horas de vida), y a diferencia de lo que se viene diciendo desde hace mucho tiempo, se les puede empezar a bañar sin problema. ¡Incluso aunque no se les haya caído el cordón umbilical! Simplemente deberemos tener en cuenta diferentes aspectos y ya está.
¿Y qué aspectos son los que hay que tener en cuenta a la hora de bañar a un recién nacido?
- Dejar todo lo que vayamos a necesitar a nuestro alcance. Puede parecer una recomendación un tanto obvia y/o banal, pero os aseguro que es especialmente importante. El momento del baño de un recién nacido suele ser algo desafiante, así que todo lo que nos lo facilitemos de antemano, os aseguro que será de gran ayuda.
- Temperatura ambiental caldeada. Entorno a los 22-24 ºC.
- Agua templada/caliente. La temperatura óptima son 36-38 ºC. Se puede comprobar fácilmente metiendo el codo, el dorso de la mano o utilizando un termómetro de agua.
- Jabón suave de pH neutro. Utilizar poca cantidad.
- Utilizar la mano para aplicar y retirar el jabón. Mejor evitar el uso de esponja por la fricción que genera en la piel.
- Baños cortos los primeros días. Hay que evitar que puedan coger frío.
- Se puede mojar el cordón umbilical. Después secarlo a conciencia con la misma toalla o con una gasa seca.
- Secar dando toques suaves, sin fricción.
Y dicho esto, ¿cada cuánto es mejor bañar a un bebé?
Pues la realidad es que no existen unas recomendaciones unánimes en cuanto a la frecuencia ‘’idónea’’. Así que la respuesta adecuada sería; la que veamos que le va mejor a nuestro peque.
Es decir, si es un bebé que se mantiene limpio, la frecuencia podrá ser cada dos/tres días o incluso semanal. Pero si en cambio; se mancha, huele fuerte o ya empieza a moverse mucho y se ensucia, entonces lo podremos hacer a diario sin problema.
Otro punto a considerar a la hora de decidir la frecuencia de los baños, será el tener en cuenta si el baño supone un momento agradable o desagradable para nuestro peque. Si al bebé le relaja, le hace disfrutar y a nosotros nos gusta que forme parte de su rutina, entonces también sería genial hacerlo diariamente. Pero si al contrario supone un mal rato para el bebé, lo estimula en exceso o lo ponte irritable, intentaremos espaciarlo lo máximo posible para no hacer pasar al peque malos momentos innecesarios.
Así que dicho lo dicho, y con toda esta información, que cada uno, teniendo en cuenta cómo es su peque, decida cuál es la frecuencia idónea para bañar a su peque