Si algo he aprendido durante estos meses es el poder de las hormonas. Recuerdo el día que di a luz. No había pegado ojo esa noche, bueno ni en los últimos meses para que engañarnos… pero os aseguro que sueño era lo último que tenía.
Los días posteriores me sentía tan bien, tan vital, tan feliz. ¿No estás cansada? – me repetían. ¿cansada?. Estoy como nunca.
Dormía pocas horas en total, seguidas no llegaba a juntar dos, pero no, eso no podía conmigo.
Los días fueron pasando, las noches eran largas pero preciosas. Llegaron los cólicos y cantábamos canciones, y cuando se me acababa el repertorio alguna que otra noche me descubría cantando estopa, parecía que le gustaba, yo seguía.
¿Me he llegado a dormir en algún momento?
Entonces llegó el momento de incorporarse al trabajo, y ahí amigas, las hormonas no sé qué pasó con ellas pero yo las perdí de vista. Me despertaba pensando ¿me he llegado a dormir en algún momento? ¿me podré dormir una siesta hoy? o lo peor que podía pasar… oh!no! Hoy tengo guardia…
Aún así, el cuerpo puede con todo, guardias de 24 horas, turnos interminables, extractor de leche como mejor amigo en los descansos, la presión del covid, la incertidumbre de contaminar la leche… pero en ese momento ni me planteaba otra opción.
Misteriosamente todos tenemos algún conocido con un hijo/a que duerme toda la noche desde el primer día. La verdad yo no me lo creo. Para mi todos mienten. Soy más feliz pensando eso. Desgracia de muchos… ya sabéis.

Estos días estudiando sobre la lactancia materna leí que se ha demostrado que dar lactancia materna no implica peor sueño en la madre ni en el niño. Otro día hablaremos del niño, que eso da para un libro entero. En el caso de la madre que daba lactancia materna vieron que las horas totales de sueño no diferían con aquellas que daban lactancia artificial e incluso el sueño de la madre (con LM) era más reparador, pasaba más tiempo en fase de sueño profundo, sueño noREM.
Mi primer pensamiento fue algo incrédulo. Pero entonces pensé, en realidad, algo debe ocurrir para poder noche tras noche llegar al año, con alguna arruga de más, también es verdad, pero sin dormirme por las esquinas (o por lo menos sólo algunos días).
Es verdad que con la lactancia artificial se «reparte» más el trabajo, las noches pueden parecer más llevaderas. Pero creo que está bien saber que sólo el hecho de que sea lactancia materna no conlleva un peor descanso nocturno. Hay muchos otros factores que pueden influir…
En resumen, disfruta de la vida, que es corta