Quien decidió representar la lactancia materna como una idílica armonía madre hijo envuelta en algodones y con olor a flores del campo, sin ninguna duda, nunca, dió lactancia materna.
La lactancia materna es feapa. Fea y guapa.
No es idílico, no es fácil, no huele bien, no se te pone el cutis perfecto, no te brilla el pelo ni hueles a amapolas… Seamos claras.
Todo comienza cuando te sube la leche, amiga, eso es como teletransportarse a Murcia en pleno agosto a las tres de la tarde.
Recién parida con tus dolorcitos, tu falta de sueño, y de repente, satanás viene a hacerte una visita. El calor te recorre desde los dedos de los pies a la coronilla acompañando al ascenso de la leche, que es totalmente literal. En un segundo tus pechos si podrían ser confundidos con montañas, duros y calientes.
La leche sube y tu tensión desaparece, y tú con todo esa revolución decides que igual mejor tumbarte un ratillo por eso de seguir consciente. A mi nadie me había avisado de esto, y oye, igual mejor saberlo, por lo menos que te puede pasar.
La lactancia materna es a demanda, no nos engañemos. Los bebés no comen cada 3 horas, es un invento que hemos consensuado entre todos para poder seguir teniendo vida. Los bebes lactan cuando quieren y la cantidad que quieren porque ellos saben que necesitan en cada momento y no se plantean que no se lo vayas a dar… ¿Por qué ibas a hacer eso?.
Cuando ya son un poco más mayores es cierto que se le pueden espaciar un poco las tomas pero al principio ellos saben cuándo y cuánto, mucho mejor que nosotros.

Y suena genial, lo sé, pero luego hay que verse en la situación y habrá días que no puedas echar ni una cabezadita…»duerme cuando el bebé lo haga» (posiblemente el consejo que más vas a escuchar) pero cuando eso pase igual ducharse y comer tranquilamente está también en la lista de «cosas pendientes».
La lactancia materna genera inseguridad en muchas ocasiones ¿estará comiendo suficiente? ¿tengo leche? . No sabes que cantidad come ni lo vas a saber, pero si moja sus pañales, hace caca y duerme tranquilo, no cabe ninguna duda que bien alimentado está.
Tu colonia «eau de leche» te acompaña las primeras semanas, sujetadores, camisetas, pijamas, creo que no hubo ningún día que acabara sin ninguna mancha. Tus pezones disparan leche como si fueran aspersores regando el césped, pero tranquila venden unas almohadillas protectoras para que no te manches, eso sí, pican que da gusto… ahora elige tú.. ¿que prefieres? ¿salir con la mancha de leche o rascándote disimuladamente?
Las noches se hacen duras, al principio sabes que es normal, es un recién nacido y no pueden pasar más de 4 horas sin comer, pero según pasan los meses, confias ciegamente en que esas tomas se espacien y empiece a dormir, ya no toda la noche, pero por lo menos 4 horitas seguidas. Pero no, ese momento no llega.
Llegan los 5 meses y medio y empiezas a sacar la artillería «me han dicho que si le doy biberón de leche artificial duerme más…» y lo pruebas.. para nada.. «también me han dicho que si le pones cereales duerme más…» vaya! tampoco funciona… Seamos muy honestas.
No hay nada para que un bebé duerma toda la noche si él no quiere. No es una cuestión de que leche le des. Cada uno marca su ritmo, cada uno come a sus horas (independientemente de lactancia materna o artificial) .
Paciencia, llegará el momento que su estómago y su sueño madure y decida que es buen momento para volver a soñar.
«Eso es que lo tienes mal acostumbrado, llora un poco y enseguida vas…» «no tiene hambre solo quiere teta, lo vas a malcriar», «Déjale llorar, de verdad, que no le va a pasar nada»… podría escribir una entrada con todas las estupideces que escuchas cuando lo unico que querias era quejarte un poco, que tienes sueño, que no duermes por la noche y que con un «tranquila, más temprano de lo que imaginas dormirá toda la noche» te valía.
Cuando la técnica de amamantamiento está bien establecida recomiendo sin duda usar el extractor de leche para poder, ahora sí, tener algo más de libertad. Un paseo a tu aire, una clase de gym, quedar con tus amigos o simplemente dormir sin alarma.
La leche la congelas y vas creando un «minibanco de leche» que le podrán dar con biberón cuando tu no estés. Y de esta forma cuando te tengas que incorporar al trabajo no tengas problema para que succione bien las tetinas.
Es un puntazo, es cierto, pero no es la panacea. El extractor te ordeña. Ya pasas suficiente rato al día dando de mamar como para en tus ratos libres un poquito más «extra». Y hay veces que se te hace cuesta arriba. Pero es la única manera. Y cuando toca incorporarse al trabajo, toca hacerlo en cualquier momento y a veces hay que sacar ese momento de donde sea. Busca un sitio agradable, ponte música, lee una revista o repasa las 500 fotos de tu carrete para que sea un momento tranquilo. Y si tienes suerte, quizá alguien te lo pueda acercar al trabajo en algún momento para ahorrarte el succionador al que tanto amor odio sientes.
Para mi es un sentimiento que no puedo explicar con palabras, me encanta que mi hijo se alimente de mi, que nos pasemos varias horas al día conectados, mirándonos, con alguna sonrisa de por medio. Me encanta poder consolarlo cuando lo necesita sólo con mi cuerpo. No tienes que estar calentado agua, trasportando leche, y sobretodo lo puedes hacer en cualquier momento y lugar.
La lactancia materna es el mejor alimento que le puedes ofrecer a tu bebé sin ninguna duda. Y hablaremos de los beneficios que tiene en una entrada aparte.

Antes de ser madre, como pediatra recomendaba la lactancia materna «es el mejor alimento» y punto.
La experiencia me ha enseñado que es mucho más, que hay que hablar con las madres, explicarles en qué consiste los múltiples e infinitos beneficios, pero nunca ocultar lo duro que puede ser en determinadas circunstancias llevarla a cabo.
No con el objetivo de espantar a nadie, todo lo contrario. Que sirva para coger fuerzas, para saber que vamos a tener que superar el sueño, las dudas y los problemas que puedan ir surgiendo pero con un fin claro, tu bebé.
Hay mucha presión social alrededor de la lactancia materna en ambos sentidos y creo que hay dos cosas claras. Nadie es peor madre si no quiere o puede darle el pecho a su hijo/a. Promovamos la lactancia materna exclusiva, expliquemos todo lo que implica y respetemos el deseo de las familias.
No juzguemos con frases carcas y obsoletas «tu hijo no come bien, necesita biberón» «este niño está flaco, necesita cereales» que solo generan ansiedad e inseguridad en las madres y dejemos que sean los pediatras los que se encarguen de valorar esto.
Normalicemos la lactancia materna en público tenga la edad que tenga, ya que recuerdo la OMS la recomienda de forma exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta por lo menos los dos años… y digo yo, que la organización mundial de la salud algo sabrá de esto.
La ignorancia es muy atrevida, me temo, y seguiremos escuchando comentarios inapropiados durante mucho tiempo..
Alimenta a tu bebé cómo quieras, sólo informate antes de decidir que camino deseas seguir.
Como veis es un tema muy extenso y haré nuevas entradas hablando de otros aspectos también muy importantes (grietas, crisis de lactancia, leche artificial, cereales…)