Aunque algunos especialistas afirman que después de los 35 años la mayoría de los embarazos son de alto riesgo, recientes investigaciones muestran que también tiene sus ventajas.
Un estudio publicado en el European Journal of Developmental Psychology muestra que ser madre a partir de los treinta y cinco tienes más probabilidades de tener más paciencia con tus hijos, y por lo tanto, los niños tienen menos probabilidades de tener problemas emocionales, de comportamiento y sociales.

La madurez mental y emocional es mayor: cuanto más mayor nos hacemos, menos nos molesta las pequeñas cosas que hacen nuestros hijos.
«Sabemos que las personas se vuelven más flexibles mentalmente con la edad, son más tolerantes con otras personas y prosperan emocionalmente mejor. Este estilo de crianza puede contribuir a un ambiente psicosocial positivo» dijo el autor del estudio Dion Sommer.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Southern California encuentran que ser madre primeriza a los 35 años contribuye a las habilidades mentales de la madre y a la capacidad verbal, ya que los niveles de estrógenos y progesterona aumentan durante el embarazo produciendo un mejor funcionamiento del cerebro, potenciando este efecto cuanto más mayor sea la madre.
Es bueno escuchar las ventajas de ser una madre mayor, no sólo lo malo de tener un bebé más tarde en la vida.