La Pérdida Gestacional y Perinatal (período inmediatamente anterior o posterior al nacimiento), algo muchísimo más común de lo que nos gusta aceptar y por desgracia, mucho más común de lo que se habla.
Muchas veces, especialmente si no hemos pasado por una experiencia así, no sabemos qué hacer o qué decir. Aquí os dejamos algunas ideas:
No preguntes, hazlo
No preguntes qué puede hacer para ayudar, lo más probable es que no lo vayan a pedir. Llámalos para saber cómo están, invítalos a tomar algo, ayúdales a limpiar la casa, corta el césped o haz lo que sea para hacer que las cosas diarias sean menos pesadas.
Dí que lo sientes
Decir «Lo siento mucho» es tan simple y, sin embargo, te sorprendería saber cuántas personas ni siquiera se molestan en decirlo.
Di su nombre
El bebé que perdieron es una persona. Algunas personas simplemente no saben cómo actuar en este tipo de situaciones. Muchas veces, simplemente decir el nombre de su bebé reconoce la vida que se fue pronto y da validez al sentimiento de pérdida.
No insistas en que pasen página
A veces habrá personas (idiotas) que te dirán que ya has llorado a tu hijo muerto lo suficiente. Pero a menos que haya estado allí, no tiene idea de cómo es. Los padres que han perdido un bebé los lloran por el resto de su vida. Y aunque es verdad que si llevas mucho tiempo afectada por la pérdida, deberías buscar ayuda externa, tampoco debes permitir que otra persona te haga sentir que no puedas llorar la pérdida como tú quieras.
No intentes solucionar el problema
Puede ser un poco difícil cuando ves a alguien sufriendo. Y aunque sea algo instintivo, puede que no sea lo necesiten en ese momento.
Es importante preguntar qué les sería más útil en lugar de asumir lo que podría ser útil.
Lleva algo de comer
A menudo, la recuperación física de una pérdida gestacional o perinatal puede mantener a una madre afligida en cama, y en ese momento pensar en qué hacer de comer es, literalmente, lo último en lo que piensa y le apetece pensar.
Acuérdate
No lo ignores o asumas que lo han superado simplemente porque hayan pasado meses o incluso años. Sigue preguntándoles cómo están, si necesitan algo o incluso si quieren hablarlo. El dolor de una pérdida no se supera, pero se aprende a llevar.