Los científicos han proporcionado la primera evidencia cuantitativa a gran escala de que las personas son más felices en entornos más bonitos. Curiosamente, el estudio revela que este efecto no sólo se mantiene en áreas de belleza natural, sino también en áreas residenciales y urbanas.

El equipo, del Laboratorio de Ciencia de Datos en la Escuela de Negocios Warwick, el Instituto Alan Turing y la Universidad de Sussex analizaron las calificaciones de casi un millón de fotografías de un juego online, junto con tres años de datos sobre la felicidad de más de 15,000 personas, recolectados a través de una aplicación móvil.

Incluso teniendo en cuenta una serie de variables como los efectos potenciales del clima y la actividad que la persona estaba haciendo en ese momento, se registraron datos claros que indicaron que la gente era más feliz con entornos más escénicos.

Se demostró que no sólo es el campo con lo que se asocia esta reacción: las áreas edificadas, que podrían comprender edificios con carácter o puentes, también tienen un vínculo positivo con la felicidad. Por lo tanto, esta investigación podría ser útil a la hora de tomar decisiones sobre el diseño de nuestros pueblos, ciudades y zonas urbanas, que afectan a la vida cotidiana de las personas.

La hipótesis de un vínculo entre los entornos bonitos y la felicidad ha sido difícil de someter a un escrutinio científico, porque es muy difícil medir la felicidad de las personas y la belleza del medio ambiente a gran escala, como la de un país entero.

Pero este nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, usa casi un millón de calificaciones de la web Scenic-or-Not, un juego online que invita a la gente a calificar fotos de todo el Reino Unido.

Los investigadores combinaron los datos de Scenic-or-Not con tres años de mediciones de más de 15,000 usuarios de la aplicación Mappiness de iOS, de la Universidad de Sussex, que pide a la gente que informen sobre su felicidad varias veces al día mientras indican su ubicación actual, con quién están y qué estaban haciendo en ese momento.

No sólo depende de la presencia de áreas naturales para considerarlo belleza, y es importante tenerlo en cuenta para las futuras decisiones sobre la planificación de zonas urbanas. Según la teoría de la Restauración de la Atención, las escenas que demandan menos nuestra atención nos permiten concentrarnos mejor, por lo tanto estamos menos fatigados y menos irritables.

Zonas bulliciosas y llenas de carteles y luces son lo opuesto a lo que necesitamos. Pero calles pintorescas, con vistas amplias, menos distracciones y diseños más bonitos mantienen nuestro interés más tiempo y ayudan a bloquear pensamientos negativos.