La Vida Madre

Menos cables y más mimos! Nuevos sensores para la UCI Neonatal

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Menos cables y más mimos! Nuevos sensores para la UCI Neonatal

Menos cables y más mimos! Nuevos sensores para la UCI Neonatal

Cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros, acorde con datos de la OMS, pero es una cifra que parece ir en aumento. Anualmente en España nacen entre 33.000 y 35.000 bebés de manera prematura, según la Asociación de Padres de Niños Prematuros (APREM). Estos bebés suelen ser ingresados nada más nacer y corren el riesgo de tener complicaciones que obligue a los padres a tener a los bebés en la UCI Neonatal (UCIN) durante meses por problemas como tener un peso peligrosamente bajo, pulmones poco desarrollados y problemas a la hora de amamantar.

Ahora, un equipo de la Universidad de Northwestern ha desarrollado sensores inalámbricos suaves y flexibles que reemplazan la maraña de cables que actualmente se usa para que supervisen de forma continua las constantes vitales, como la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y el nivel de oxígeno en sangre, de los bebés en las UCIN. Esto supone una barrera importante a la hora de los padres poder tener cualquier contacto físico con sus bebés.

No sólo son más cómodos a la hora de estar con los bebés, sino que los parches inalámbricos son más suaves para la piel de un recién nacido que es más frágil y permiten un mayor contacto piel con piel con los padres. Los sensores que se usan todavía se ponen con adhesivos que pueden causar ampollas y dejar cicatrices  en la piel de los recién nacidos.

El estudio incluye datos iniciales de más de 20 bebés que usaban los sensores inalámbricos junto con los sistemas tradicionales. Desde entonces, el equipo ha realizado pruebas con éxito con más de 70 bebés en la UCIN.

Ahora mismo, los padres, así como las enfermeras tienen que hacer malabares sólo para sacar a los bebés de las cunas. Los cables están conectados a los monitores y a los bebés a través de agujeros en la incubadora. Se convierten en obstáculos muy incómodos y estresantes. La llegada de estos sensores inalámbricos alivia muchísimo el estrés para las enfermeras, los padres y los bebés.


Los beneficios de esta nueva tecnología del equipo de Northwestern no sólo alivia el estrés liberando a los bebés de los cables, sino que miden más de lo que es posible con los sistemas clínicos actuales. Teniendo dos sensores para el registro de la temperatura corporal, uno en el torax y otro en el pié, permite a los médicos medir las diferencias de temperatura entre el pie y el tórax para determinar el flujo sanguíneo y la función cardíaca, algo que a día de hoy no se hace.

Además, si los padres pueden tener a sus hijos en brazos mientras sus constantes están siendo monitoreadas, los médicos pueden obtener mejores datos sobre el impacto que tiene el contacto piel con piel en el bienestar y desarrollo de los bebés, que además son muy difíciles de conseguir.

También mejora la forma de medir la presión arterial, que a diferencia de los sistemas actuales, no corren el riesgo de dañar la piel del bebé o sufrir alguna infección, coagulación o incluso la muerte.

Los sensores con cables, no sólo impedían el contacto con los padres y las enfermeras, sino que también suponían una barrera a la hora de hacer cualquier tipo de escáner o incluso rayos X. Ahora los nuevos  son transparentes y están hechos para ser compatibles con la tecnología de imagen y puedan seguir monitoreando las constantes del bebé mientras se realizan estas pruebas.

Muchos bebés prematuros sufren lesiones en la piel debido a la cinta adhesiva que se usa para adherir los cables al cuerpo. El uso de la cinta adhesiva puede causar irritación de la piel, ampollas y, en los peores casos, infecciones. La piel de los bebés prematuros es un 40 por ciento más fina, lo que aumenta las probabilidades de sufrir daños y, en algunos casos, a tener cicatrices de por vida.

Los nuevos dispositivos son tan finos como el papel, están hechos de silicona elástica y biocompatible, que tienen una colección de componentes electrónicos diminutos, conectados con cables con forma de resorte que se mueven y flexionan con el cuerpo. El sensor inalámbrico se comunica a través de un transmisor ubicado debajo del colchón de la cuna. Usando frecuencias de radio, de la misma intensidad que las de las etiquetas RFID, la antena transmite datos a las pantallas en la estación de enfermería.

Y aunque los dispositivos nuevos pueden ser esterilizados y reutilizados, son lo suficientemente baratos (alrededor de los 10€), por lo que después de usarlo durante 24 horas se podría desechar y reemplazarlo por uno nuevo para eliminar cualquier riesgo de infección.

Esperan que los sensores estén disponibles en 2 o 3 años en EEUU y empezarán a enviarlos a países en desarrollo el próximo año como parte de ayuda internacional, a través de dos organizaciones no lucrativas.

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Lole Wong

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